¿Por qué se exige la edad mínima y máxima?
En general, restringiendo la edad, algunas entidades crediticias se aseguran de que el cliente será capaz de devolver el dinero prestado sin problemas. Por lo que suelen no aceptar las personas jóvenes, menores de 21 o 25 años, ya que no es probable que dispongan de un trabajo estable e ingresos regulares y suficientes. Además, los jóvenes suelen ser considerados un riesgo más alto, como habitualmente no tienen un historial de crédito ni antecedentes de reembolso.
Así mismo, algunas entidades prestamistas suelen no conceder préstamos a las personas mayores de 65 o 75 años de edad. Una persona jubilada suele encontrar más dificultades para conseguir un crédito, especialmente si se trata de un importe elevado. En este caso existen dos motivos. Tanto por la pérdida de poder adquisitivo que suele producirse tras la retirada del trabajo como suele ser más complicado establecer un calendario de amortización sostenible.
Préstamos para jóvenes y jubilados
No obstante, en el mercado financiero existen muchas alternativas viables en esta situación, entidades prestamistas que aceptan a las personas a partir de 18 años tanto como es posible encontrar varias ofertas de préstamos para mayores de 75 años. Entonces, no hay que alarmarse, la financiación que necesitas está a tu alcance y tu edad no tiene que ser un inconveniente.