Continúa leyendo para informate bien, ya que en la medida de lo posible conviene evitar esta figura en un contrato de préstamo. Si queremos ayudar a un familiar o amigo, los expertos recomiendan prestar o donar el dinero que se necesite, en vez de figurar como avalista de un tercero en un contrato bancario.

De hecho, hay entidades que sí ofrecen préstamos sin aval, una alternativa interesante a la que podemos recurrir en caso de necesitar financiación y no querer comprometer a un conocido para que nos avale.

¿Qué es un aval?

Un aval es una garantía de pago para la entidad financiera que presta una cantidad de fondos al prestatario. Así, en caso de que este no pueda hacer frente a la deuda contraída con el banco, el avalista responderá con las mismas obligaciones que el prestatario, es decir, con todo su patrimonio presente y futuro.

En consecuencia, en el contrato de préstamo con el banco entra en juego una tercera persona, el avalista, que responderá ante la entidad en caso de impago por parte de la persona que solicitó el crédito.