Aunque las entidades financieras ya han empezado mejorar su oferta de financiación para emprendedores, el obstáculo principal, con el que se encuentran tanto los pymes como los autónomos, es que no pueden aportar las garantías solicitadas por las entidades financieras. Es decir, los prestamistas exigen avales, garantías y también un plan de negocio que no siempre es aprobado. Entonces, ¿quién cubrirá tu espalda durante el proceso de financiación?
Sociedad de Garantía Recíproca
En general, las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) son entidades financieras cuyo objetivo principal consiste en facilitar el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas y mejorar sus condiciones de financiación, a través de la prestación de avales ante bancos, cajas de ahorros, cooperativas de crédito, administraciones públicas, etc. Se trata de empresas sin ánimo de lucro, reguladas por el Banco de España.
¿Cómo funcionan los SGR?
Las Sociedades de Garantía Recíproca suelen funcionar a nivel regional, por lo que debes buscar las organizaciones que actúen en tu cercanía. En breve, cualquier tipo de pyme o autónomo puede pedir los servicios de SGR. Por tu parte, simplemente debes entregar a la sociedad tu proyecto de negocio para el cual estás buscando financiación. La organización analizará y validará tu proyecto y, si es viable, aprobará tu solicitud para obtener su aval.
Es una característica fundamental de estas sociedades que sólo pueden garantizar operaciones de sus socios. Es decir, que para conceder el aval a una pyme, esta deberá adquirir necesariamente la condición de socio. Así, a cambio de concederte su aval para obtener préstamos para empresas, las SGR te va a pedir que te conviertas en socios, pagando las cuotas correspondientes. De este modo aumenta la capacidad de la sociedad de avalar a más autónomos y pymes en España. No obstante, una vez reembolsado tu préstamo sin complicaciones, podrás dejar de ser socio de la SGR.