Tarjetas: tipos y modalidades existentes

Fecha de la publicación: 06.02.2018
Tarjetas: tipos y modalidades existentes

Sin cualquier duda, la financiación a través de una tarjeta de crédito pertenece entre las opciones más utilizadas a la hora de necesitar dinero extra. No obstante, existen diferentes tipos de tarjetas dentro del mercado actual, cada una con características distintas. Desde tarjetas de débito y crédito, hasta tarjetas pre pagadas o tarjetas de compra. Entender bien las diferencias y los beneficios que conllevan distintos tipos de tarjetas es fundamental para elegir aquella que más se adapte a tus necesidades. Por lo que en este artículo vamos a clasificar los tipos de tarjetas existentes y discutir qué ofrecen a sus poseedores.

Tarjetas de débito

Son las tarjetas más habituales. La tarjeta de débito permite a su poseedor hacer transferencias y operaciones, retirar de efectivo en cajeros, pagar en comercios y realizar compras online, recargar su móvil, etc. La tarjeta de este tipo está asociada a la cuenta bancaria del poseedor y únicamente permite disponer de los fondos que están disponibles en esta cuenta. El importe cargado se retira automáticamente de la cuenta asociada, habitualmente hasta un límite máximo diario.

Tarjetas de crédito

Al contrario de las tarjetas de débito, las tarjetas de crédito sí que representan una alternativa de los préstamos y créditos. Puedes realizar el mismo tipo de operaciones como con una tarjeta de débito, no obstante, la diferencia es que con la tarjeta de crédito puedes disponer de dinero aunque no tengas fondos propios disponibles en tu cuenta asociada. La entidad emisora te presta el dinero a través de una línea de crédito. El importe máximo depende del tipo de tarjeta y de las características de cada cliente, sino en todos casos, a final de mes puedes o pagar la deuda en total (sin intereses), o pagar una cuota más los intereses por el resto de la cantidad adeudada.

La tarjeta más habitual es la “clásica”, dedicada a la gestión y la difusión del pago electrónico. Las condiciones vienen establecidas por las entidades bancarias, que imponen un máximo en el límite del crédito dependiendo de los ingresos y no del saldo disponible en la cuenta asociada.

Ofrecidas por las mismas emisoras de las tarjetas clásicas, pero solo para los clientes exclusivos, son las tarjetas de crédito Oro o Platino. Su principal ventaja es que su límite de crédito es más alto o incluso no existe ningún tipo de restricción. Sin embargo, existe una restricción en su acceso y las comisiones suelen ser más altas.

Además de las tarjetas clásicas e exclusivas, existen tarjetas especialmente diseñadas tanto para los jóvenes como para las personas jubiladas. Las tarjetas de crédito para los estudiantes proporcionan un límite de crédito bastante bajo, sino ofrecen otras ventajas, descuentos en el consumo y varios beneficios sociales relacionados con los gastos educativos. En el caso de los mayores de sesenta años, se ofrecen promociones y descuentos ajustados a las actividades de este sector de la población, principalmente vinculados al ocio y los adelantos de las pensiones.

Tarjetas revolving

Las tarjetas revolving tienen mucho en común con las tarjetas de crédito, sino hay una gran diferencia en la forma de devolución de una línea de crédito revolving. Mientras con una tarjeta de crédito normal puedes elegir reembolsar o una parte, o el total de la deuda, con la tarjeta revolving, el reembolso siempre se realiza a través del pago de unas cuotas mensuales fijas. Es decir, puedes modificar en cualquier momento la cuota dentro un máximo y mínimo establecido, pero no puedes cancelar la deuda de una sola vez.

Otros tipos de tarjetas

Además de los tipos mencionados y sus modalidades, puedes encontrarse con otros tipos de tarjetas. Tarjetas de compra de establecimientos, ofrecidas por los comercios de grandes superficies, permitiendo financiar las compras y acceder a promociones especiales y descuentos exclusivos para clientes. Tarjetas pre pagadas, en las que hay que transferir dinero antes de usarlas. Funcionan a modo de monedero electrónico en el que el emisor carga cantidades para que su propietario las utilice. O las tarjetas virtuales, especialmente destinadas para operaciones online, sin soporte físico. Tan solo necesitas conocer el número de tarjeta, fecha de validez y el código pin.