Razones para evitar los préstamos de dinero
De hecho, hay varias razones para no pedir prestado como algo habitual. En primer lugar, el dinero prestado siempre es caro. Comprando a crédito siempre terminarás pagando más al final. Este tipo de compromiso no solo tiene que ver con el préstamo como tal, sino que además implica, por lo menos, los intereses. Entonces, pedir prestado, porque no tienes dinero, no tiene mucho sentido, ya que con deudas será aún más difícil hacer ahorros.
Al pedir prestado constantemente, gastas más de lo que quieres, ya que sale más fácil gastar dinero que no es “tuyo”. Así, cuando compras con dinero prestado no te duele tanto como cuando lo hagas con el propio. Eso fomenta que gastes de más, usando ese dinero como un ingreso extra aunque no es, y siempre tendrás que pagarlo de tu bolsito.
El uso irresponsable de crédito también fomenta varios malos hábitos con el dinero. El problema fundamental es la recompensa inmediata. Lo quieres ahora, lo tienes. Ese comportamiento, poco a poco rompe tu autodisciplina en planear tus finanzas. Acostumbrarse a la recompensa inmediata fácilmente te puede llevar a los problemas económicos.
En conclusión, el uso excesivo de esos productos financieros, desde los mini créditos rápidos, préstamos personales al consumo, hasta las tarjetas de crédito, puede destruir tu presupuesto y romper tu control sobre tus gastos, haciendo grandes daños a tus finanzas, tanto presentes como futuras.